Mindfulness vs Meditación
Diferencias entre Mindfulness y meditación
Resulta curioso observar a profesores de yoga y de otras corrientes de meditación levantarse en armas contra el mindfulness. Argumentan que es un invento descafeinado y desprovisto de la esencia misma de la meditación. Una especie de sacrilegio comercial y sibilino que amenaza con despojar a la meditación de su profundidad sagrada y espiritual.
Antes que nada quiero decir que yo practico meditación como parte de mi práctica espiritual. Así como otro tipo de preceptos descritos en los yogasutras de Pantanjali y otras corrientes espirituales. Por lo que a priori, según estos argumentos, debería estar en las filas de los que condenan el mindfulness.
Sin embargo hay algo dentro de mí que me invita a tener la mente abierta respecto al presunto duelo meditación vs mindfulness.
Los comienzos
Para coger la suficiente perspectiva necesito recordar el momento cuando inicié mi búsqueda personal. Cuando me interesé por el yoga y el budismo.
Crecí en un colegio católico y desarrollé una alergia reactiva a todo lo que proviniese de la religión católica. Esa rebeldía junto con un vacío existencial profundo, fue lo que me impulsó a buscar respuestas fuera de la religión establecida.
Debemos saber que aunque algunos practicantes de yoga utilicen figuras y dioses del hinduismo, como Ganesha o Shiva, el yoga no es una religión, es una práctica espiritual. Patanjali no habla nunca de ningún dios hinduista. Yoga e hinduismo son dos cosas diferentes. De hecho, el yoga tiene un origen histórico anterior. Por otro lado, muchos hinduistas practican yoga. Así como también hay cristianos o budistas que lo hacen.
También debemos recordar que las meditaciones budistas, ya sean tibetana, zen japonesa, vipassana, etc…se desarrollan dentro de la religión del budismo. Con los preceptos, ritos y supersticiones propias de cualquier religión.
Por mi experiencia de joven, hoy entiendo que aunque haya personas que estén interesadas en la meditación, puedan verse desanimadas a empezar, y este marco sacro les resulte pesado y poco interesante.
Creo que esta es la razón fundamental por la que el mindfulness ha tenido tanto éxito en estos últimos años. Su creador, Jon Kabat-Zin, ha seleccionado un conjunto de herramientas de la meditación budista vipassana, eliminando todo tecnicismo oriental o creencia religiosa. Esto, lo ha presentado bien estructurado a una población hambrienta de experiencias y saturada de filosofías, y ha dado de pleno en la diana.
La gente necesita empezar por algo. Y el mindfulness es una forma rápida de hacerlo y desprovista del formulismo de las religiones.
La experiencia en nuestra escuela nos dice, que para aquellos que empiezan a interesarse por la meditación, el mindfulness es una forma efectiva para adentrarse en la observación de los mecanismos de la mente y emociones.
Y una cosa es inegable:
El mindfulness ha logrado despertar el interés popular por la meditación como nunca antes supimos hacer ni profesores de yoga, ni budistas. Y eso tiene su mérito.
La paradoja
La paradoja es que cuando el meditador mindfulness persista, quizás durante años, aquellos que practicamos meditación en sentido amplio, sabemos que se abrirá a profundidades interiores a las que el mindfulness no le dará respuestas. Y entonces sí, quizás haya llegado el momento de plantearse de donde proviene ese observador que descubra. ¿Qué es esa fuerza superior a nuestra mente y mayor a todas las ideas de lo que creemos que somos? Aquella que habita dentro de nosotros, imperturbable.
Entonces sí, quizás esté abierto el practicante de mindfulness a conceptos espirituales.
Pero mientras tanto, como meditadores, independientemente de la tradición de la que provengamos, la comprensión y tolerancia respecto al mindfulness como puerta de entrada a la «meditación laica», es nuestra responsabilidad.
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