Práctica de yoga de un chico buscando su verdad.

práctica de yoga

 

Le había pasado desde que era pequeño: le angustiaba estar solo. Siendo niño recordaba con ansiedad las mudanzas de su familia por trabajo y los innumerables cambios de colegio. Aquellos amargos primeros días recién llegado a los pupitres y las caras nuevas de compañeros escolares. Estos recuerdos habían quedado cristalizados en su cuerpo y en su alma como experiencias traumáticas.  Esa desoladora sensación de no saber con quien juntarse o con quien hablar, le había hecho daño. Y la herida se había quedado sin curar. Abierta y al aire con el paso de los años. La verdad era que Raúl no sabía estar solo.

Lo primero que le sentía cuando se quedaba solo era un sopor de aburrimiento. Un tedio que acababa convirtiéndose en una vaga sensación de miedo. Para huir de esta situación, había aprendido cantidad de trucos sociales que le ayudaban a intregarse en los grupos, de la misma forma que a interactuar con otras personas de manera individual. Tenía un don especial para captar los gustos e ideas afines a la gente que le rodeaba, y en seguida los adoptaba, mimetizándose con el fin que lo aceptaran. No le importaba estar de acuerdo completamente. Prefería pertenecer, a forjarse una opinión definida. Esto le hacía escapar de la sensación de soledad. Sin embargo, el paso del tiempo, le había dejado un vacío tan grande que con 30 años no tenía muy claro ni quien era, ni lo que realmente le gustaba.

Para intentar encontrarse había empezado con la práctica de Yoga. Iba a una escuela que le quedaba cerca de casa tres veces por semana. Llevaba unos dos años practicando las rutinas de asanas que le dictaba su profesora. Le sentaban de maravilla. Sentía una notable mejoría en su problema en las rodillas y sobre todo en su flexibilidad, pero todavía no sentía que hubiera progresado en lo de «el vacío interior».

De repente, por internet descubrió el proyecto «Veterans yoga project» y se quedó fascinado al descubrir como había mejorado la salud emocional de ciertos grupos de soldados americanos veteranos de la Guerra de Irak. La motivación profunda de Raúl era conocerse y sobre todo aceptarse. Sabía que esta aceptación estaba conectada con la forma en la que se relacionaba con los demás. Pero no sabía por donde empezar.

-«¿Quizás la práctica de yoga sea algo más que hacer posturas?»- Se preguntó Raúl de repente.

Y  sin saber muy bien de dónde le brotaba, ni cómo llevarlo a cabo, sintió la necesidad de adentrarse hacia una práctica de yoga más profunda.

Pedro

 

Fotos: Unsplash ; Autores: (@theformfitness;@weelee)

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